Si tienes un fin de semana en Santander y quieres desconectar a base de buen comer, paisajes y rincones con alma, sigue leyendo. Esta guía está pensada para que exprimas cada momento desde que llegas el fin de semana en Santander. Santander es de esas ciudades que enamoran sin hacer ruido. Un paseo, una tapa, una terraza frente al mar… y ya estás hipnotizado con su encanto.

Viernes – Llegada con sabor a mar

Aterrizas en Santander y lo primero que sientes es ese aire salado que despeja la mente. Para empezar el finde con buen pie, nada como bajar a Puertochico o acercarte a la plaza de Cañadío, dos zonas con mucho ambiente para tomar algo. Puedes empezar en Taberna Cachalote, ideal para una caña con rabas o una tapa de mejillones en escabeche, o en el clásico Bar del Puerto, donde el producto fresco y el ambiente marinero lo llenan todo.

Fin de semana en Santander

¿Te apetece cenar con vistas al puerto? La Posada del Mar es un acierto seguro: carta de producto cántabro, trato cercano y una panorámica preciosa sobre la bahía iluminada.

¿Y para cerrar la noche? Brinda con un cóctel en Little Bobby, con su estética años 20 y música envolvente, o en Hygge, un local acogedor con luz tenue, combinados bien servidos y buena conversación.

Sábado por la mañana: Mar, paseos y playas

Despierta pronto, ponte ropa cómoda y sal a caminar. Recorre el Paseo de Pereda, respira en los Jardines de Pereda, y asómate al mar desde la pasarela superior del Centro Botín.

Desde ahí, continúa hacia la Península de la Magdalena. Pasea entre pinos, mira a los leones marinos junto a la entrada del palacio y déjate sorprender por la vista abierta hacia El Puntal y la bahía.

Si aprieta el calor, elige playa: Los Peligros para algo más recogido, o Primera del Sardinero si prefieres mar abierto y mucho espacio para estirarte en la arena.

Sábado al mediodía: Tapeo con sabor local

Cruzando hacia Castelar y Tetuán, te espera uno de los mejores planes gastronómicos del fin de semana en Santander. Empieza con una caña bien fría o una copa de vino en Seña Wine Bar, un local moderno y acogedor donde cada detalle está pensado para disfrutar con calma. Después, pásate por Marucho: si vas pronto, puedes pedir unas rabas y picar algo en la barra sin tener que esperar la vez para sentarte a comer.

¿Prefieres algo más creativo? Entra en La Hermosa de Alba, donde la cocina del norte se reinventa con sabores atrevidos y presentaciones que sorprenden.

¿Eres de los que no perdonan lo tradicional? En ese caso, reserva en La Mulata, donde los pescados y mariscos de la lonja se preparan con mimo en recetas de toda la vida con toques actuales.

Con el estómago contento, es momento de pasear y bajar revoluciones. Sube hasta el Parque de Mataleñas y camina junto a los acantilados del Faro de Cabo Mayor. Allí te espera una de las vistas más impresionantes del norte de España.

Si prefieres algo más tranquilo, explora la zona de Gamazo, donde conviven arquitectura industrial, arte y mar. Puedes merendar en El Muelle del Barrio Pesquero o El Bunker, un refugio acogedor con café, tartas caseras y mucho estilo.

Sábado por la noche: Cena especial y ambiente relajado

Para cenar, toca algo especial. Prueba Casa Cirana, una apuesta por la cocina de autor local con ingredientes de temporada en un ambiente íntimo. O ve a Daria, donde el diseño contemporáneo y la carta versátil se unen en una experiencia gastronómica ideal para compartir.

¿Quieres un cierre de noche más animado? Clandestino Gin & Soul te espera con buena música, coctelería y un ambiente relajado perfecto para brindar por el día vivido. Y si estas por el centro acércate a Terminar Sur.

Domingo por la mañana: Brunch y mercado

Tómalo con calma. Un buen brunch es la mejor manera de empezar el domingo en Santander. Puedes hacerlo en Santa, donde los huevos benedict, el pan brioche y los zumos naturales se disfrutan en un ambiente luminoso y muy cuidado. Otra opción deliciosa es Atypique, con su cocina creativa y brunchs completos que mezclan dulce y salado con mucho mimo.

Brunch de fin de semana en Santander

Después, acércate al Mercado del Este, donde lo tradicional y lo moderno conviven entre productos gourmet, tiendas con encanto y exposiciones culturales. Y si te apetece un buen café, justo al lado está Kafeteros, una cafetería de especialidad donde el aroma y el sabor lo dicen todo.

Domingo por la tarde: Relax y despedida con vistas

Para la despedida perfecta, sube hasta el Mirador Río de la Pila (puedes usar el funicular gratuito). Para la despedida perfecta, baja de nuevo hacia el centro y disfruta de un último paseo por Peña Herbosa, una de las calles más animadas para tomar algo. Puedes picar algo en Casa Lita, un clásico imprescindible si te apetece despedirte a base de pinchos bien elaborados, o sentarte con calma en Mi Favorito, donde la carta cambia según el mercado y el ambiente invita a alargar la sobremesa.

Un fin de semana en Santander te da mar, buen comer, cultura, tranquilidad y esa brisa atlántica que te despeja el alma. Es de esos sitios que visitas una vez… y ya estás pensando en volver.