
De bar en bar por Cañadío: tapas, ambiente y tradición en el corazón de Santander
Ir de bar en bar por Cañadío es la mejor forma de saborear Santander: tapas, ambiente local y paradas imprescindibles como Cachalote, Cañadío o Casa Ajero.
Cañadío es sinónimo de deleite gastronómico y vida social en Santander. Este emblemático rincón del centro de la ciudad está lleno de bares con carácter, restaurantes con historia y terrazas animadas donde se mezcla lo moderno con lo tradicional. Hacer una ruta de bar en bar por Cañadío es la mejor forma de conocer su esencia. Aquí te contamos por qué es un plan imprescindible si visitas la capital cántabra.
Tapas con sabor cántabro (y personalidad propia)
Comer de pie, en barra o en terraza, es una costumbre en esta zona donde cada tapa tiene su personalidad. Uno de los clásicos es Taberna Cachalote, con un ambiente informal, perfecto para tomar un vino o una caña acompañados de rabas, anchoas o alguna raciones del día. Es uno de esos sitios donde siempre apetece volver.

Muy cerca, Cañadío sigue siendo un referente. Su barra está llena de pinchos elaborados con mimo, y su cocina combina tradición con un punto más gastronómico. Ideal para quienes buscan algo más que una tapa rápida.
En Casa Ajero, el producto es el protagonista. Su carta apuesta por recetas tradicionales, bien ejecutadas y con ese sabor de casa que tanto gusta. Es habitual encontrar guisos del día, tortillas recién hechas o platos de cuchara según la temporada.
Las rabas, los mejillones en escabeche casero, el pastel de cabracho o las albóndigas son algunas de las tapas más pedidas en lugares como La Malinche, donde el sabor tradicional se mezcla con una atención cercana y un ambiente muy local.
Ambientes que se disfrutan tanto como los platos
Uno de los grandes atractivos de esta zona es su atmósfera. Desde las terrazas de La Cátedra o La Prensa, puedes ver cómo el barrio cobra vida al atardecer. La plaza de Cañadío y sus calles adyacentes se llenan de santanderinos y visitantes que buscan buen ambiente y mejor gastronomía.
Algunos locales, como Bar Canela o Vermutería Solórzano, se han convertido en puntos de encuentro habituales para grupos de amigos y parejas. Se brinda con vermut, con vino de la tierra o con cervezas artesanas, siempre con una tapa al lado y buena conversación de fondo.
Bares con historia, recetas con alma
Aunque la zona ha sabido renovarse, muchos bares de Cañadío conservan su esencia original. La Bodega del Riojano, a solo unos pasos, mantiene el sabor de antaño tanto en su decoración como en su carta. Entrar allí es como hacer un viaje al pasado sin salir del centro de Santander.
También hay locales nuevos que rinden homenaje a lo clásico. Casa Lita, si bien está junto al Paseo de Pereda, forma parte de ese espíritu cañadiense de barra, tapa y cuchara. El pastel de puerros, las brochetas de carne o los pinchos de marisco están entre los más valorados.
Consejos para disfrutar tu ruta gastronómica
- Ve con hambre: las tentaciones son muchas y merece la pena probar varias tapas.
- Comparte: así probarás más sabores sin llenarte demasiado.
- Sigue el bullicio: los bares con más ambiente suelen tener las tapas más frescas del día.
- Empieza pronto si es fin de semana: en horas punta cuesta encontrar mesa o hueco en barra.
- Pide fuera de carta: muchas veces lo mejor no está en el menú, sino en la pizarra.
Cañadío: mucho más que tapas
Esta zona es un punto neurálgico de Santander para el tapeo, pero también para entender cómo se vive la gastronomía en la ciudad: de forma compartida, informal, sabrosa y con tiempo. En cada bar te espera un sabor, un gesto amable y una historia distinta.
Salir de bar en bar por Cañadío es una experiencia que combina producto cántabro, tradición viva y esa cercanía que define a los buenos bares de siempre. Si visitas Santander o simplemente quieres reenamorarte de tu ciudad, este plan nunca falla.
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