Porque en este clásico de Santander, el mar no lo es todo

Descubre qué platos pedir en Marucho si no te apetece marisco. Desde pescados a postres caseros, este clásico de Santander. Hay lugares que uno guarda como un secreto bien compartido. Marucho es uno de ellos. Ubicado en la calle Tetuán, este restaurante es todo un templo del marisco fresco. Pero, ¿y si te apetece ir con amigos y no eres de marisco? ¿O simplemente hoy no es tu día para una cigala? No te preocupes: Marucho también tiene su encanto lejos del mar.

El dilema del no-marisco en un templo marinero

Pocas cosas generan más indecisión que sentarte en un restaurante de marisco sin ganas de marisco. Puede ser por gusto, por intolerancia o simplemente por ánimo del momento. Y, sin embargo, no quieres renunciar a disfrutar de uno de los restaurantes más recomendados de Santander.

Ese es el conflicto que viven muchos visitantes cuando cruzan la puerta de no saber que pedir en Marucho: saben que están en un referente gastronómico, pero su antojo no coincide con la carta marinera. Lo que muchos no saben es que Marucho también mima su cocina tradicional y sus opciones fuera del mar.

Descubriendo la otra cara de Marucho

Entrantes con sabor a tierra

Empieza suave. Si eres de los que disfrutan de un buen entrante sin complicaciones, prueba los espárragos con mahonesa o vinagreta, sencillos pero de calidad. O una ensalada de tomate con ventresca, donde la textura firme del tomate y el sabor intenso del pescado forman un tándem fresco y equilibrado.

Y si prefieres algo más clásico, la ensalada mixta nunca falla. Verdura fresca, aliño suave y un punto de sabor que recuerda al hogar.

Pescados que no son marisco… y lo parecen

¿Y si te apetece algo del mar, pero sin entrar en la categoría de “marisco puro”? Aquí Marucho también responde. La merluza a la plancha o rebozada es una opción ligera, jugosa y sabrosa, que demuestra que en este restaurante todo lo que viene del agua se trata con respeto.

¿Más contundente? El rape rebozado es una delicia con su capa crujiente y corazón suave, perfecto para quien busca sabor sin complicarse. Y si te dejas aconsejar, el rodaballo, el San Martín o la lubina al horno pueden darte un festín sin una sola pata ni concha.

Que pedir en en Marucho sin marisco

Postres caseros que cuentan historias

Aquí es donde el restaurante despliega su alma de casa de comidas de toda la vida. El arroz con leche recuerda a las sobremesas de abuela, templado y aromático. La mousse de chocolate o la tarta de queso al horno con frutos rojos son clásicos que te reconcilian con el dulce.

Pero si eres de los que buscan algo distinto, prueba el biscuit de higos o el helado de queso. Son opciones menos habituales que sorprenden por su equilibrio y sabor intenso.

Marucho, más que marisco

Visitar Marucho es entrar en un comedor de esencia cántabra: mesas de madera, ambiente familiar, camareros que conocen a sus clientes por nombre y un aroma que mezcla salitre, vino blanco y tradición.

Situado en la calle Tetuán, una de las más tradicionales de la ciudad, es uno de esos restaurantes de Santander que se mantiene fiel a su historia sin dejar de evolucionar. Eso sí, no admiten reservas, así que conviene llegar con paciencia y ganas de disfrutar el proceso.

El plan perfecto, incluso sin gamba

Lo bueno de Marucho es que es un restaurante donde lo importante no es solo lo que comes, sino cómo lo vives. Y sí, aunque no pidas una almeja, puedes salir más que satisfecho. En la mesa hay conversación, vino, pan del bueno y platos honestos, hechos con cariño.

Así que la próxima vez que alguien te diga que quiere ir y no sabe que pedir en Marucho, pero no le apetece marisco, ya sabes qué responder: “No pasa nada, también hay mucho que disfrutar”.

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