En el año 2006, Maite abrió el Restaurante Marucho junto a su esposo Elías. Una «pieza de amor» buscada con mimo por ambos, tras muchos años de ahorro y sacrificio. Desde entonces, el Marucho se ha convertido en un punto de referencia en Santander, donde la excelencia culinaria y el ambiente familiar se combinan para ofrecer una experiencia gastronómica única.

La esencia del Restaurante Marucho

«En Marucho mezclamos el ambiente familiar con un producto de excelente categoría», destaca Maite. Con un enfoque en la calidad del producto y el servicio al cliente, el restaurante se ha ganado una reputación por ofrecer una experiencia gastronómica auténtica y satisfactoria. Proveniente de una familia dedicada al mar, Elías aporta su experiencia culinaria para garantizar que cada plato sea un deleite para los sentidos.


«Marucho no busca llamar la atención con extravagancias, sino que es descubierto por aquellos que buscan calidad y autenticidad». Su modesta fachada esconde un pequeño comedor donde cada detalle se cuida con esmero. A pesar de los más de 60 años desde su apertura, el restaurante sigue siendo innovador y exclusivo. Aquí, la calidad del producto habla por sí misma, sin necesidad de artificios.

La excelencia en cada bocado

Lo que distingue al Marucho es su enfoque en la calidad del producto. «Desde los Bocartes hasta los percebes, cada plato está preparado con atención al detalle y respeto por los ingredientes». No se necesitan malabarismos en el plato para impresionar, ya que los sabores y aromas auténticos son suficientes para cautivar a los comensales. La vajilla, sencilla y familiar, complementa la experiencia, creando un ambiente acogedor y cálido.

Un lugar para volver

«A diferencia de otros restaurantes que prometen experiencias ‘únicas’, Marucho invita a sus clientes a volver una y otra vez». Aquí, la comida es más que una experiencia culinaria, es un momento para disfrutar con seres queridos y disfrutar de la vida cotidiana. Con un equipo de camareros que te hacen sentir como en casa y una selección de vinos exquisitos, cada visita al Marucho es una celebración de lo ordinario y extraordinario.


En resumen, el Restaurante Marucho es un lugar distendido donde convergen la exigencia y su enfoque en lo auténtico y familiar. Este sigue siendo un restaurante para aquellos que buscan disfrutar con lo mejor del mar en Santander.