En pleno corazón de Puertochico, uno de los barrios con más sabor de Santander, se encuentra La Mayor, un restaurante que lleva años ganándose la confianza y el paladar de locales y visitantes. Ubicado en la calle Juan de la Cosa, 5, este restaurante es un verdadero homenaje a la cocina cántabra en todas sus formas: desde las imprescindibles recetas marineras hasta los guisos tradicionales de cuchara que evocan las comidas caseras de siempre.
Uno de los platos más emblemáticos de La Mayor son sus rabas de calamar, consideradas por muchos como unas de las mejores de toda la ciudad. El secreto está en su fritura perfecta: rebozado fino y crujiente, interior jugoso, bien escurridas y en su punto justo de sal. Cada ración es una prueba del respeto que el restaurante tiene por el producto y por la técnica. Son un imprescindible tanto si estás de tapeo como si empiezas una comida completa.
Pero lo que hace verdaderamente especial a este restaurante es su oferta de guisos tradicionales. Aquí se pueden encontrar platos tan poco habituales como las manos de lechazo, elaboradas con mimo y a fuego lento, o patatas con cordero, un guiso de sabor profundo y textura perfecta. También destacan los callos, las marmitas de pescado, y otros platos de cuchara que cambian según disponibilidad, todos ellos con esa esencia de cocina de casa que tanto se echa de menos.
La Mayor, tradición cántabra entre guisos y mar en Puertochico, Santander
En la carta también hay sitio para el mejor pescado del Cantábrico, preparado a la plancha con sencillez y respeto por el producto. En temporada, es posible disfrutar de propuestas como la sarda o la sardina, frescas, jugosas y bien marcadas. A pesar de que el local no dispone de brasa, el resultado en plancha es más que notable.
Para terminar, no puede faltar uno de los postres más reconocidos de la repostería cántabra: la tarta de hojaldre, ligera, crujiente y deliciosa, ideal para cerrar con broche de oro una comida auténtica.
La Mayor es un restaurante para quienes valoran la cocina sin disfraces, el trato cercano y los sabores de siempre. Ideal para disfrutar en pareja, con amigos o en familia, en un entorno tranquilo con precios ajustados y una carta que nunca defrauda. Si buscas buena cocina cántabra en Santander, este rincón de Puertochico es una parada imprescindible.
Todo estaba de 10, nos quedamos con ganas de probar el arroz con bogavante que tenía muy buena pinta, espero poder probarlo la próxima vez.