La Santanderina, ubicado en la céntrica calle Rubio, junto al Museo de Arte de Santander (MAS), es el último proyecto de los hermanos Cristina y Nacho Ojea, conocidos anteriormente por liderar El Cocinero y el Baruco de San Martín. Desde su apertura, este acogedor restaurante ha logrado consolidarse gracias a su propuesta de cocina sencilla, tradicional, y elaborada con productos de calidad, ideal para todos los públicos.
Ambiente y propuesta gastronómica
El local, completamente reformado, cuenta con un comedor en la planta superior y una terraza en la planta baja con capacidad para unas diez mesas, perfecta para disfrutar de su oferta de picoteo en un ambiente peatonal y animado. La carta combina platos fríos y calientes ideales para compartir, destacando su enfoque en el uso de materias primas regionales y elaboraciones cuidadas.
Entre las especialidades de la casa se encuentran:
- Alcachofas confitadas con jamón: tiernas y perfectamente cocinadas.
- Verduras en tempura: ligeras, acompañadas de una sabrosa mahonesa de soja.
- Ensaladilla rusa con gambas: hecha con patata de Valderredible, una joya gastronómica.
- Entrecot fileteado: de carne cántabra, acompañado de patatas fritas y pimientos verdes.
- Chipirones encebollados y zamburiñas gratinadas: opciones que deleitan a los amantes del marisco.
- Croquetas cremosas de jamón, tinga de pollo, rabas de Santander, y una deliciosa tabla de quesos de Cantabria: imperdibles para los que buscan compartir una experiencia gastronómica.
Además, en la carta destaca la ensalada de tomate de Galizano con burrata y albahaca, que resalta por su frescura y calidad.
Menú del día y desayunos en La Santanderina
El menú del día, disponible por 16 euros, incluye dos opciones de primeros, segundos y postre. Opciones como:
- Primeros: patatas a la riojana o ensalada completa.
- Segundos: chuletillas de lechazo o merluza rebozada.
- Postre casero y bebida.
Los desayunos también son un punto fuerte, con opciones como tostas de aguacate y tomate, tortillas de patata, pulguitas de jamón, croissants y bizcochos caseros, acompañados de café de Dromedario.
Entre los postres, destacan la tarta tatín, la de zanahoria, la de queso, la de Santiago y una exquisita torrija con helado.
Con su ambiente acogedor, su carta variada y su apuesta por la cocina regional, La Santanderina se presenta como un lugar ideal para disfrutar de un picoteo relajado, un desayuno delicioso o un menú del día completo en pleno corazón de la ciudad.