Ubicada en pleno corazón de Santander, La Barruca de Calderón se ha convertido en uno de los templos de la hamburguesa en la ciudad. Desde sus inicios, han apostado por una carta honesta, basada en materia prima de proximidad, pan artesano horneado a diario en el propio local y recetas caseras llenas de sabor.
En su propuesta destacan las hamburguesas premium, como la Habana Gangster, la Furious Smashed Burger, la Montañesa o la Gringa, con carnes jugosas, salsas caseras y combinaciones que sorprenden. También ofrecen opciones como la hamburguesa vegana, elaborada con proteínas vegetales, guacamole y pimientos asados. Y para los más pequeños, la Cañonazo infantil incluye hamburguesa, patatas, bebida y un regalo especial.
Los sándwiches tienen protagonismo propio con versiones como el EMPINGAO (auténtico cubano), el clásico Barruca o el completo sándwich de pollo. Todos preparados al momento y con ingredientes de calidad.
En el apartado de entrantes y raciones, destacan los tequeños con mermelada de guayaba, las croquetas de jamón ibérico, las papas barruca con cheddar y bacon, el pollo broaster o las alitas con alioli. Platos pensados para compartir o acompañar tu principal.
Para terminar, nada mejor que un postre casero como la tarta de galleta y caramelo o un Sandy Shake personalizable con toppings como Oreo, Kit Kat o M&Ms. El broche dulce perfecto.
En definitiva, La Barruca de Calderón no es solo un lugar para comer, es una experiencia gastronómica urbana, sabrosa y sin complicaciones. Ideal para ir en pareja, con amigos o en familia.