En el corazón de Santander, el Restaurante Bodegas Mazón continúa la tradición centenaria de las históricas bodegas fundadas en 1902 por D. Juan Mazón Concha. Convertido ahora en un restaurante, el local ofrece una experiencia gastronómica que fusiona sabor auténtico y tradición, conservando el encanto original de las bodegas con grandes cubas y tinajas de vino que adornan el espacio.
Especialidades de Bodegas Mazón
El restaurante destaca por sus raciones y cazuelitas de comida casera del norte, elaboradas con ingredientes de alta calidad. Entre los platos más apreciados se encuentran opciones tradicionales como el cordero lechal churro y carnes provenientes de los pastos cántabros. Cada receta se prepara con esmero, utilizando aceite de oliva de primera prensada, pimentón de la Vera y ajo nacional, garantizando así un sabor auténtico y distintivo.
El local, que mantiene la distribución y los elementos originales desde que las bodegas se trasladaron a este edificio en 1934, ofrece un ambiente acogedor y auténtico. Las imponentes tinajas de barro del siglo XIX, con capacidad para hasta 8,200 litros, añaden un toque histórico y cultural al entorno.
Durante los meses de otoño a primavera, el restaurante ofrece un económico plato del día entre semana, permitiendo a los comensales disfrutar de una comida deliciosa a buen precio. Los viernes por la noche, el local cobra vida con canciones marineras y habaneras, una tradición que mantiene vivo el espíritu festivo de las antiguas bodegas.
Con un comedor privado disponible y una programación musical interesante, el Restaurante Bodegas Mazón no solo es un lugar para saborear comida casera de alta calidad, sino también un espacio que celebra la rica herencia cultural y culinaria de Santander.
Rabas y solera blanco bien frío, nunca falla en Mazon.
Uno de los mejores sitios de comida casera, buenas raciones, croquetas, pimientos de padrón, queso picón… me encanta.
Las raciones estaban muy buenas y con un buen precio, el trato de los camareros lo mejor.
He probado el otro día un pincho de carrilleras de ternera muy top. Para mi de los clásicos imprescindibles de Santander. Suelo pedir rabas, pimientos de padron y queso picón con una copa de solera blanco.