Resumen de su trayectoria
Situado junto al dique de Gamazo, La Caseta de Bombas es un edificio histórico reconvertido en asador de carnes ecológicas de Cantabria y pescados frescos de la lonja de Santander. Este proyecto gastro-cultural, abierto para toda la ciudadanía, no solo ofrece una experiencia culinaria excepcional, sino que también promueve la recuperación de espacios y da voz a pequeños productores artesanos.
Descripción
La Caseta de Bombas, bajo la dirección del Grupo Deluz y Compañía, ofrece una experiencia gastronómica única en un entorno histórico y culturalmente significativo. Con su compromiso con la excelencia culinaria y la promoción de productos locales, este restaurante se ha convertido en un referente en la escena gastronómica de Santander, atrayendo a comensales locales y turistas por igual.
Experiencia
Construido en 1888, La Caseta de Bombas ofrece una experiencia única donde la gastronomía se fusiona con la historia marítima de la región. Los comensales pueden visitar la sala de bombas en la parte inferior del edificio, donde se conservan las bombas de achique originales del dique de Gamazo. Además, pueden disfrutar de una exposición de fotografías antiguas del dique, seleccionadas por la agente cultural Marta Mantecón. El ambiente es acogedor y culturalmente enriquecedor, perfecto para disfrutar de una comida o cena memorable.
Especialidades de la Caseta de Bombas
La Caseta de Bombas es conocida por su exquisita materia prima y su amplia variedad de platos. Desde la caldereta marinera hasta las carnes de Cantabria como el lechazo de Polaciones y el cabrito de Picos de Europa, pasando por los pescados frescos a la brasa, cada plato es una delicia para el paladar. Destacan las rabas santanderinas, los pimientos rellenos, los arroces marineros y los salpicones en varias versiones, todos preparados con ingredientes locales de primera calidad.
Servicio y ambiente
El espacio, meticulosamente restaurado, ofrece unas vistas únicas al Cantábrico, tanto desde la barra de 15 metros como desde las románticas mesas para dos. Los comensales pueden disfrutar del espectáculo de los cocineros preparando los platos en directo, bajo la dirección de Carlos Zamora y Fausto Alonso. El servicio es atento y profesional, garantizando una experiencia gastronómica excepcional en un entorno único.
El local tiene un encanto especial y el servicio fue impecable. El precio no está mal.