El Bonito es mucho más que una tasca: es una declaración de amor al mar Cantábrico. Este nuevo restaurante en Santander apuesta por una cocina con raíces marineras, elaborada con mimo y basada en productos de temporada, con especial protagonismo del bonito del norte, que da nombre al local y se convierte en el hilo conductor de una carta fresca, sabrosa y honesta.
Durante los meses de verano, el bonito fresco de temporada ocupa un lugar central en la propuesta gastronómica, presentado con distintos matices, pero siempre acompañado de una salsa de tomate casera que concentra todo el sabor de lo auténtico. Esta combinación sencilla y deliciosa define el espíritu de El Bonito: cocina de mercado, sin artificios, con el producto como estrella.
Además del bonito, la gamba roja se sirve por unidades en barra, ofreciendo una experiencia perfecta para quienes disfrutan tapeando con producto de calidad. No faltan otras propuestas del mar y entrantes ideales para compartir, todo con sabor a norte y una presentación cuidada.
La ubicación del restaurante, en Calle Casimiro Sainz, lo sitúa en una zona tranquila y céntrica de Santander, ideal tanto para comidas informales como para cenas con encanto. El espacio, acogedor y vistoso, mezcla lo tradicional con un aire contemporáneo que invita a entrar y quedarse. La barra, activa y cercana, completa la experiencia de una tasca moderna con carácter propio.
El Bonito sabor a mar en pleno centro de Santander
Si estás buscando un lugar donde disfrutar del bonito del norte en Santander, marisco fresco y cocina de inspiración cantábrica, El Bonito es una parada obligatoria. Sabores reconocibles, producto de calidad y ese gusto por lo bien hecho que convierte cada visita en un homenaje al mar.
Además, El Bonito ofrece una cuidada selección de vinos blancos y tintos que maridan a la perfección con sus platos, realzando aún más cada bocado. También cuenta con opciones fuera de carta según el mercado del día, lo que añade un punto de frescura y sorpresa a cada visita. Ideal para quienes buscan cocina marinera en Santander con identidad propia, El Bonito combina tradición y estilo en un entorno acogedor que invita a repetir. Ya sea para una comida ligera o una cena con sabor a Cantábrico, aquí el protagonista siempre es el producto.
Acudimos al restaurante porque una amiga me habló de su apertura. Pedimos unas croquetas de rape y gambon y un montado de solomillo. El lugar agradable y decorado con gusto. El personal, jóvenes y amables, pero carentes de la profesionalidad deseable para un lugar que presume de ser referente de la cocina del norte.
Las croquetas, correctas. Desde nuestro punto de vista, el rebozado no permite disfrutar del sabor del rape y el gambon como debería; quizá un rebozado más fino y tradicional, haría la experiencia más agradable. La sorpresa fue que el solomillo , estaba acompañado por dentro de patatas fritas!!! Patatas fritas entre pan y pan y un fino filete de solomillo.
Pedimos la cuenta y mientras esperábamos a que nos cobrasen, entro una pareja preguntando si había sitio…la chica que nos iba a cobrar, dijo en alto “ estos ya se van “….y les invitó a ponerse a nuestro lado…nos pareció algo del todo impropio. Una cosa es que yo pida la cuenta y otra es que me vaya a ir y además, cuando a nosotros nos ha sucedido lo mismo que a esa pareja y hay alguien que está pagando o a punto de pagar, de manera discreta, se te dice que hay y alguien que ha pedido la cuenta y se te invita a esperar tomando algo en otra zona. En fin…que para ser un negocio que viene de personas ya muy familiarizadas con la hostelería , ha sido una decepción. Espero que tengan más cuidado con los clientes porque nosotros estamos todo el año en Santander y creo que las formas y el fondo son importantes en cualquier negocio.